martes, 26 de agosto de 2008

"Sare" vs olimpiadas 10-0

Por fin cerramos esta etapa olímpica de infarto y nos dedicamos a descansar de las vacaciones. No lo digo porque llevemos 2 horas aguantando la respiración frente a la tele, que también. Ni porque tanto grito en la final de baloncesto nos haya dejado afónicos (es un tema que os dejo alabar largo y tendido a los demás porque cualquier palabra de elogio a los jugadores españoles es poca) sino porque TVE por fin nos da una tregua.

Una tregua para poder dejar de mirar la agenda de los JJOO en su web con cara de desconcierto. Una tregua para dejar de preguntarnos dónde están los JJOO en directo on line que nos prometen todos los días. Una tregua para dejar de zapear con el mando y el ratón para encontrar una entrega de medallas que han cancelado para emitir los dibujos animados.La cobertura de la olimpiadas por parte de la pública ha sido, a mi entender, vergonzosa. No tanto por no haber estado a la altura sino por la falta de modestia de la que han hecho gala durante quince días, vanagloriándose de unos contenidos que no existían, de unos medios que no tienen y de una tecnología que sigue en pruebas. ¿Qué se puede esperar de unos presentadores que se empeñan orgullosos en dar datos de “share” que nadie les ha pedido sin siquiera aprender a pronunciar la palabreja antes? A lo mejor "cuota de pantalla" es demasiado largo para aprenderlo de memoria. Pero ante todo y sobre todo los que realmente se han lucido han sido los programadores en la pantalla chica y los creadores de contenidos para la web.

Sin ir más lejos ayer mismo comprobaba la agenda del día de hoy para ver cuantas citas nos quedaban por seguir a los aficionados españoles. Según el simple y fácilmente comprensible gráfico que con gran esfuerzo habrán desarrollado los informáticos (o los diseñadores, o muy probablemente unos señores que no saben de accesibilidad o que se vengan de su contrato de becarios) de RTVE hoy la única cita para el deporte español era el baloncesto. La más importante sin duda. ¿Pero es que acaso el decimosexto puesto de Chema Martínez a solo 7 minutos de un señor que ha fulminado el record por 3 le obliga a cambiarse de nacionalidad? ¿es que los chicos del balonmano han sido desterrados por jugarse un bronce en vez de un oro? Han sido demasiados días de encontrarte los eventos casi por casualidad al ponerte frente a la tele, de tener que buscar la información en cualquier sitio excepto en los medios que se autoproclamaron adalides de la misma. De averiguar en la agenda del día que absolutamente todas las pruebas se pretendían disputar a las 10.00 de la mañana porque a TVE le daba la gana y de comprobar luego que la realidad no tenía nada que ver. De aguantar esa horrible balada en chino con imágenes a cámara lenta de cosas que nos habían prohibido ver a velocidad normal. De cortes publicitarios en el momento en el que peor podían sentar.

Y, una vez que he dejado constancia de este despropósito televisivo mientras lloro con la medalla de plata (¿el comentarista ha dicho oro?) final y los estadounidenses bailan “paquito chocolatero” me voy a dormir; que 4 horas y media desde el maratón al baloncesto han sabido a poco aunque si de la web de TVE me hubiera fiado hubiera dormido 14 porque aunque no piensen en hacer bien su trabajo ellos siempre piensan en la buena salud física del espectador.

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