lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Por qué lo llaman amor?

Que la corrección política hacía daño a la libertad audiovisual era ya sabido por todos, pero siempre pensamos que la publicidad estaba por encima del bien y del mal. Polemizar ayuda a captar la atención del espectador y cuando la atención se capta directamente sobre el artículo a vender la polémica se convierte en cien por cien rentable. Las marcas comerciales pueden mostrarnos escenas explícitas de violencia, drogadicción o sexo sin que esto suponga una retirada de su producto y en los casos en que esto último ocurre suele ser más por razones políticas que por verdadero atentado contra la moralidad del espectador.

Un momento… Rebobinemos… ¿”…o sexo sin que esto suponga una retirada de su producto…”? Creo que esto no concuerda con la opinión de los creativos de una nueva marca de cocktails llamada Sun Beach que se ha aventurado a venderlos ya combinados en botella de aluminio y con una imagen de marca moderna, atractiva e innovadora. O a lo mejor no es tan atractiva. Eso que lo decida cada uno después. Crear nuevas invenciones en un mundo tan desafortunadamente clásico como es el de la bebida alcohólica no resulta rentable. Si nos fijamos, todos los bebedores, ya sean habituales o esporádicos, acaban pidiendo las mismas cuatro combinaciones más típicas. De hecho si ahora jugamos a decir nombres de cocktails a todos se nos vendrían los mismos a la cabeza: daikiri, caipirinha, mojito, sex on the beach…

Sí. Sex on the beach quiere decir sexo en la playa, y probablemente estas últimas palabras no han escandalizado a ningún lector. Quizá porque está dicho en inglés y nos sigue pareciendo que en ese idioma todo suena mucho mejor, quizá porque estamos más que acostumbrados a oírlo en miles de películas… Incluso puede que a algunos freaks se les haya venido directamente a la cabeza aquel episodio de Los Simpson doblado íntegramente al español en el que la “segunda esposa” de Homer le pide a Moe un sexo en la playa advirtiéndole que no racanee con la playa. Pues bien, los señores de Sun Beach debieron perderse ese capítulo. O puede que les pareciera que a los alocados jóvenes que beben alcohol en las discotecas les parecería obsceno, o que a las madres que pasean a sus hijos por las secciones de bebidas alcohólicas del super les parecería una mala influencia. El caso es que han cambiado el alegre y picantón Sex on de beach por el más dulce y recatado Love on the beach.

¿Os estáis preguntando si a lo mejor es todo el combinado el que cambia y por eso tiene otro nombre? Según la página web de la marca y los aficionados al mundo del mezclado pero no agitado los ingredientes son prácticamente los mismos:

Sex on the beach

2 partes de vodka

1 parte de licor de melocotón

2 partes de zumo de naranja

1 chorro de granadina

Love on the beach

Vodka

Licor de melocotón

Zumo de naranja

Podemos pensar que el simple hecho de haberle quitado el chorrito de granadina supone quitarle esa guinda que convierte el amor en sexo y que el color rojo pasión de este líquido elemento le da cierto significado coital. Pero, en la mayor parte de páginas web que he consultado sobre tan pornográfica bebida, la granadina sirve solo para decorar el borde de la copa y eso sobraría en el Love on the beach en el que la botella viene ya decorada con una bonita chapa gris.

¿Miedo a perder mercado?¿corrección política?¿moralidad extrema? El caso es que si los dueños de Sunbeach Cock-tails tienen algún problema con las referencias sexuales en el idioma sajón más les valdría cambiar su propio nombre de marca por “Playa Soleada. Bebidas combinadas con cierta graduación alcohólica” o cambiarse al negocio de la venta de limonada vía Girl Scout Distributing.

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